domingo, 11 de marzo de 2007

vacaciones...

El día que perdí el vuelo, o bien el momento en que me di cuenta que había perdido el vuelo, tuvo su ribete trágico. No sé, fue tan desesperante que creo que por pensé por un instante: no puedo viajar más, he perdido para siempre la posibilidad de ir para allá!!!
Luego que me calmé, que logré ubicar gracias a María el 0800 de la aerolínea, hablé, arreglé el nuevo vuelo para el día siguiente, con una ¡gran diferencia! A pagar…ya me tranquilicé…
Al tranquilizarme pude despedir a mi hija, acompañarla al colectivo, darle un gran beso y abrazo y bueno…dormir más o menos en paz a pesar del intenso calor de Buenos Aires ese 12 de enero de 2006…
Y al otro día llega el remis y con tres horas de anticipación llego a Ezeiza a hacer el check in, lo cual llevó prácticamente más de una hora y media, a mi no me quedaba claro por qué, mas nadie protestaba ni decía nada.
Anunciaban la salida de algunos vuelos por los parlantes, una señora brasileira me preguntó que habían dicho y le dije el número del vuelo: en portugués!!!
Yo ya estaba chocha: ya estaba en Brasil!!
No obstante mi chochez, dime cuenta justo cuando faltaban dos personas para que me tocara a mí, que mi pasaporte estaba: VENCIDO!!!
HORRORR!!!!
Por suerte tenía mi cédula de identidad federal, vieja, más vieja que no sé qué, pero que dado el caso servía.
Me avisa la chica del check in que el vuelo está demorado – no dice por qué ni le pregunto – pero que los pasajeros deben dirigirse igualmente a la puerta de embarque y que ahí se les darán instrucciones.
ERROR.
Todos los demás y yo hicimos lo que nos dijeron y al llegar arriba vimos que las pizarras sólo rezaban: vuelo demorado, consulte a su agente. Mas nuestros agentes no estaban. Con el transcurrir de las horas, no sólo se me iban ocurriendo cosas para comprar en el free shop, por suerte no muchas, si no ya hubiera llegado a Brasil con déficit, sino que había que comer algo (no había comido en lo de mi madre), y bueno íbamos yirando de puerta en puerta …
En un momento luego de ir y venir mil veces por los mismos lugares, descubrí una especie de cyber de Telecom, y bueno, nada, mandé un par de mensajes, no encontré a nadie conectado, compré una tarjeta de Telecom carísima. Ya todo daba igual.
No me equivoco si digo que fueron casi 5 horas las que estuve ahí, y como suele suceder en estos casos, cuando me había decidido a tomar otro cafecito, paso por una puerta de embarque distinta y veo…veo a la gente que estaba conmigo al principio!!!
Y ahí embarcamos, el vuelo salió 19.30 hs en lugar de las 15.55 que iba a salir.
La primera etapa del vuelo era hasta el aeropuerto de Guarulhos, o sea São Paulo. Me tocó sentarme, entre tantos brasileiros que se veían simpáticos al lado de una pareja argentina, y la mina era francamente imbancable e histérica, digamos: re mala onda. El marido dentro de todo: simpático, pero no mucho tampoco.
Llegamos a Guarulhos y ahí había que buscar el equipaje y hacer todo el trámite como si llegáramos al destino definitivo porque tiene aduana. Ahí ya nos hablaban todo en portugués y yo estaba muy contenta de entender y aclararle algunas cosas a algunos chicos que también viajaban a Florianópolis.
Ahí tomamos otro avión, al bajar de una combi que nos llevó al avión, me pegué un golpe bastante fuerte en la cabeza.
El vuelo a Floripa era bastante bizarro como dirían los chicos, parecía un grupo de pibes de viaje de egresados, hacían bromas, se cagaban de risa de las azafatas, que por otra parte eran sumamente amables. Medio pelotudos los chicos, y las chicas más, protestando, quejándose todo el tiempo. Yo a pesar de las esperas, de la tardanza, de la huelga que no entendía, me sentía profundamente de vacaciones.
Al llegar al aeropuerto de Floripa y mientras esperaba el equipaje seguía buscando a la compañera de Río Grande que viajaba con su marido y su hijo, mas no la hallaba. Tenía que apelar a mi memoria pues a ella sólo la había visto una vez en una reunión que duró 40 minutos, y al marido y al hijo no los conocía, es más no tenía ni idea de qué edad tendría el niño. Bueno, no la encontré, ya había decidido tomar un taxi sola, porque había unos chicos que iban a Canasvieiras pero no servía que tomáramos un taxi juntos.
Salgo… calor, y en la fila para los taxis y ya llamando a uno estaba esta chica, me acerqué re rápido, nos saludamos y viajamos en el mismo taxi. Llegamos bastante rápido al hotel, y al bajar estaba el profe en la vereda, con bermudas, gorra en su cabeza, ya bastante bronceado por el sol. Mucha alegría al encontrarnos. Esa noche dormí en el mismo departamento de estos chicos para no despertar a la compañera Lida que estaba en otra habitación.
Me moría de calor, los chicos dormían en un dormitorio con cama grande y ventilador en el techo. Y yo en la cama de debajo de una cucheta. Había un pequeño ventilador que no andaba, así que abrí la puerta, no podía dormir, o eso me parecía, cuando de pronto pegué un grito de esos “aspirados” que no le gustan a Paula, porque escuché pasar a un perro, y pensé que quizás se podía meter en el cuarto.

2 comentarios:

mwuaia dijo...

cabe destacar que en un ppio éstas vacaciones fueron un viaje de estudios.. . y bien que haya mutado!

agradável para você!!, te quiero.

Mar dijo...

Bueno, pese a los golpes en la cabeza y a los pelotudos y a los viajes perdidos y a los perros... pese a todo eso me dieron ganas de ir a brasil! beso cris... tu ahijado que se hace llamar Léctor.