lunes, 31 de marzo de 2014

Comparto nota de Adrián Camerano, de su blog "Sur profundo: Periodismo de autor"

domingo, 30 de marzo de 2014

Fumigaciones: ¿y los 1500 metros?

Sin mayor planificación ni previsión en cuanto a la de por sí insuficiente provisión de servicios básicos, Alta Gracia se apresta a transitar meses en los que nuevos emprendimientos urbanos despuntarán como hongos erectos tras un día de lluvias. El fenómeno pretende atribuirse al cambio de uso de terrenos en los que años atrás se fumigaba, y que a partir de la nueva ordenanza sobre aplicaciones pasaron a estar dentro de la franja de protección establecida a 1500 metros de la zona urbana. Algo de eso hay, pero desconoce tal hipótesis que el asunto no es nuevo, que ya se vislumbró en ocasión de discutirse la norma ambiental en el Concejo Deliberante, y que no pueden desdeñarse como factores decisivos la saturación poblacional en la capital provincial y la cómoda autovía “Atilio López”. Sin embargo, y mientras llamativamente sigue fuera de agenda pública la monumental ampliación que prevé sobre las sierras el country Potrerillo de Larreta, la ciudad se debe una discusión no menor: ¿Qué pasará con los 1500 metros de resguardo fumigatorio una vez consolidados los nuevos barrios? Es imposible correr la “frontera”, por caso, en el límite norte, donde muy cerquita está la comuna de Falda del Carmen. Del otro lado ocurre algo similar, con los Aromos. Cabe apuntar, al respecto, que en este año y medio de ordenanza “modelo” tampoco se avanzó en convenios o acuerdos políticos para las localidades aledañas adhieran a la ley municipal altagraciense, dicten similares o incluso normas más restrictivas, en pos del declamado derecho a la salud. A locales y sobre todo visitantes, a grosso modo se les ofrece vivir en “un jardín cerca de Córdoba capital” y otras construcciones semióticas acompañadas de idílicas fotos con predominancia del verde, ideales para desprevenidos, en lo posible de clase media con poder adquisitivo. Si no se rediscute la franja de protección ambiental ante esta nueva realidad, existe el riesgo que algunos de esos nuevos vecinos tengan, más temprano que tarde, una fumigación en las propias puertas de sus casas.