domingo, 22 de enero de 2012

Descubriendo otro López



Creo que vive en Río Grande casi desde el momento en que yo me vine a vivir acá, es ingeniero, trabajaba en YPF y al llegar puso una óptica a la que llamó como él. La publicidad actual dice "el apellido de la óptica".
Antes de venirme para acá fui a una óptica en Buenos Aires a conseguirme unos lentes que me sirvieran para el sol y para el viento, y el chico que me atendió cuando le dije que me iba para la isla me cuenta muy sonriente..."Uh sabés que allá -me contaron- hay una sola óptica, y vende televisores, lavarropas, el óptico...qué loco, no?"
Y sí me pareció loco.
Y en eso llegó López.
Le gustaba la música y tocar el piano y tuvo un accidente horrible con un caballo en Punta María y perdió algunas falanges de su mano izquierda.
Siempre fue muy atento conmigo y con mis hijos porque los más pequños Eliseo y Paula, desde casi siempre necesitaron anteojos.
Algo que siempre me encantó fue verlos a él y a Norma, su esposa, en diferentes confiterías tomando cafecito. Yo que amo el café express y las cafeterías!
Y hoy tuve una visión diferente: López el inventor y el constructor, estuvimos con Pino y Ana en su chacra y ahí lo descubrí.
Una escalera plegable e izable y que sube hasta el entretecho y aparte abre una puerta. Una puertita para gatos, un puente!! que cruza un chorrillo, sillas...en fin fantástico!!
Hermoso almuerzo preparado por Francisco -ya casi "todo" un óptico en la chacra de Osvaldo López en margen sur.