sábado, 22 de diciembre de 2018

Noy sin Navidad conmigo


Debe haber quienes ni siquiera se dieron cuenta que estuvo en Río Grande, o en mi casa, que estuvo recitando poesía amorosamente y haciéndonos escribir un cadáver exquisito y luego leerlo como si lo hubiera escrito Borges o Alejandra Pizarnik, su amiga…
Están los otros que lo vieron conmigo y con Gustavo y lo escucharon agradecer y anoche nomás me escribían algún mensaje que decía “Decile a Fernando que una de estas tardes lo invito a tomar un café...”
Están los más cercanos a quienes informé qué era lo que había pasado, por qué no estaba más en casa…

Están las fotos de su paso por Río Grande, por mi muestra de fotos, estoy yo, está Camille, están aún un par de zucchinis hervidos en la heladera junto a un puñado de chauchas…

Y él no está.

Está su libro “Peregrinaciones profanas” que aún no terminé de leer, porque voy como decía Lorda, a un capítulo por día, pero es poco, a veces es mucho, depende del tema…

Cómo explicar que alguien que conociste, bancaste, te cayó bien, de pronto te agobió con su charla y sus anécdotas?
En algún momento le escribí a Lorda medio en chiste, medio en serio “No es él, soy yo”. Y de veras creo que era yo...que estoy acostumbrada a mi soledad, mi silencio, mis programas de radio...y entonces tanta conversación me cansaba mucho…
Como sea en un punto decidí tomar distancia de Noy, y a pesar de haberle dicho que iba a pasar con él la Nochebuena, decidí a acompañar a mi amiga Susana, que me dijo que no iba a hacer nada...que iba a “tomarse la botella de sidra hasta quedarse dormida...” Y me pareció que no estaba bien eso, dejarla sola tomando sidra, y le propuse acompañarla, y ella aceptó de buen grado.

Recuerdo mi última Navidad antes que falleciera mamá, y la suya: diciembre 2011, ambas íbamos a estar solas, y habíamos quedado en que nos íbamos a llamar a las 12 de la noche y que íbamos a brindar juntas. Yo me había comprado una botella de champagne chiquita y no recuerdo con qué brindaba mamá….(yo en esa época había dejado de beber alcohol, pero sí brindaba).
A las 12 nos llamamos y cada una a 3000 km de la otra levantó su copa….yo, que había armado un pequeño pesebre que me supo regalar mi amiga Adriana, no lograba encontrar al “bebito”...y así se lo dije a mamá, y ella se reía y me decía, “Cris, cómo el bebito?...el niño Jesús”.
Estuvimos juntas esa noche, aunque lejos una de la otra...pero 5 meses más tarde mi mamá se murió.
Es como que hace años que no le doy importancia a estas fechas, y al final resulta que sí...y traté muy desaprensivamente a Noy, dejándolo en banda en Navidad y no sé si tiene arreglo.

Lo de Noy y yo sí, hace un rato me llamó a mi teléfono fijo al que salvo los encuestadores y Celia, nadie llama, y me contó que se iba, y que se había emocionado cuando vio que le había puesto en una bolsa que le llevó Lord Gustavo = Lorda,




el perfume que le había regalado y que le había gustado...y que ya nos veríamos en Buenos Aires…

Feliz Navidad! Quizás tenga arreglo...

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