Aunque parezca
increíble, acabo de darme cuenta hace un rato a mis 64 años, por
qué nombro a la gente por su nombre y apellido.
Nunca un José, un
Toto, un Juan….
Siempre fueron José
Martínez (ni siquiera su apodo Pan crudo), Toto Montes, Juan
Salvadori o Juan Ravenna o…
Siempre así y hace
un rato, pensando en algo que escribí hace poco acerca de una amiga
de mi madre: Carmencita Castro Sánchez, recordé de golpe y porrazo
todos juntos y todos al mismo tiempo los demás nombres.
Estelita De Michino,
Alberto Mingote, Inés Reynafé, Perla Pajot, Josefina Viurrarena,
Nora Cicero, Beby Wouters, Chicha Romeo….Rubén Covella….Martha
Brocca….Yida Fasulis….
Cómo nombrar a la
gente de otro modo si mamá siempre lo hizo así...con nombre y
apellido.
El otro día le
contaba a un amigo de hace poco cuando en algún momento de sus dos
años casi y medio, Eliseo abrió la puerta de casa, de nuestra casa
de Santa Rosa 24 y cuando le preguntó a quien llamaba quién era y
el individuo en cuestión le dijo simplemente “Tito”, Eliseo
preguntó: ¿Tito Farkas? Ante lo cual esta persona sólo pudo
asentir y preguntarse a sí mismo cómo podía ser que este niño tan
pequeño lo conociera.
Creo que de verdad
para muchos lectores (tengo lectores?) esto pueda parecer extrañisimo
pero en verdad, aunque no lo crean….lo acabo de descubrir.
Y es que en verdad
es así, no? Nada nace de un repollo….
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