martes, 15 de enero de 2008

Tango en Miramar...( qué saben los pitucos...)


En Miramar todo transcurre despaciosa, cadenciosa, felinamente y así transcurrió también...el tango.
Antes de llegar, mi hermana Mariana me había contado de la milonga en el Sudamérica. Y fue llegar y ver afiches y volantes y en ellos también ver que había clases.
Llamé para reservar mesa para la milonga, llegamos tarde con Mariana y su novio Kako.
Bailé un solo tango ese día, con Clemente - el organizador - y pauté con él las clases.
Al otro día volví con mi otra hermana y dos primas...bailé toda la noche y me encantó...
Al rato de llegar cuando empezó la milonga, sonando una milonga justamente me saca a bailar un señor...y yo le dije a mi hermana: "milonga:estamos hasta las manos..."pero...anduvo bastante bien...esa y la otra y la otra...
Y luego los tangos cuando llegó Clemente y otros ...
Quien bailara primero conmigo hacia el final me invitó a sus milongas de un centro de jubilados...él era el profe: Huberto, el peluquero.
Y las clases con Clemente son así como todo en Miramar: tranquilas, cadenciosas, pacientes por su parte e impresionantemente instructivas.
Eso sí...nos morimos de calor, yo digo por supuesto si los compañeros transpiran en Río Grande bailando....o Pablo en Buenos Aires...cómo no hacerlo con estas temperaturas!!!!
Claro!!! no es lo mismo una clase grupal que una individual...le cuento a él de mi profe de Río Grande, de las internas del tango de allá y dice que como que acá es lo mismo.
Mañana vamos con Mariana Alonso a otra milonga en Mar del Plata... a ver a ver si sirvieron estas últimas clases...

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