domingo, 6 de agosto de 2017

Pino de entrecasa


Cada tanto me acuerdo de él.
Muy seguido me acuerdo de él, pero a veces como hoy por cosas puntuales.
Muchas veces las anécdotas parecen graciosas por el acento que les impongo o la entonación o vaya una a saber qué es lo que hace que la gente se ría.
Pero muchas veces como hoy lo recuerdo molesta. Me jode el recuerdo, me molestó cuando ocurrió
Vaya una a saber cuántos años más tarde, me molesta más.

Me puse un saquito hoy, es algo poco habitual en Río Grande donde adentro de las casas la gente anda “en patas y en remera” excepto algunos de nosotros, claro.
Me puse el saquito marrón con capucha y cierre que me regaló mi hermana Mariana hace ya muchos años.
Y en ese entonces el diálogo con el fue así “Qué lindo tu saco!”
Sí, me lo regaló mi hermana Mariana”
Se nota, sí, muy buen gusto, se nota que no lo compraste vos”
Chan

A ver, y para ser sincera conmigo misma y los eventuales lectores. En ese momento yo no dije chan,
No dije nada, asentí, sonreí, jiji.

Al invitarlo a cenar a casa: "Hola, qué tal, traigo esta botella de vino, ya está abierta, es muy rico. Lo empecé este mediodía y …
Tampoco hubo chan.
Yo bancaba.
Capaz que él no se daba cuenta que yo bancaba todas esas boludeces.

Me invitaba a cenar en su casa. Yo llegaba y decía “Yo ya comí, pero servite vos, ahí está la cazuela de capón….”

Yo te voy a ir a buscar al aeropuerto de Salta, quedate tranquila. Un poco antes de la hora que tenía que llegar: “No te molesta esperarme más o menos una hora y media, no me acordé que tenía que….” Y no, claro, a mí no me molestaba.

Vos, tus hijos, tus hijas, son siempre bienvenidos en casa, en Salta. “Cris, yo ahora voy a salir, una amiga me está esperando y...te quedas acá? Está Analía y ….”

Y a vos te interesaría que volviéramos a tener sexo cuando vengas?” Perdón, perdón, me equivoqué…(sms en el celular)

-“Hija de puta, reventada, te voy a hacer mierda esta noche, porque estás en Río Grande, no?”
-Pino?
-Ay perdón, me equivoqué…(sms en el celular)

-Sabes qué Cris, como yo me estoy yendo a Europa, voy a tener muchos gastos, vos podés poner una parte de lo que cueste este almuerzo?(Invitación de él a almorzar durante Congreso de Oftalmología)
-Sí, claro.

De Bello es un tipo maravilloso
Martínez es un tipo maravilloso
Rausch es un tipo maravilloso
La Turca es una mina maravillosa

Juan José Carrizo: un tipo excelente
Balbi: un tipo divino!
No sé por qué te quejás de Rojido, es fantástico!

Había momentos en que sí, lo que él decía me encolerizaba a tal punto, que reaccionaba violentamente. Yo que le decía a él, que no debía tolerar a las minas que lo denostaban, que lo desvalorizaban...en esos momentos en que lo odiaba...lo trataba muy mal.

Una vuelta había una cirugía y el tipo que ya no trabajaba en el hospital iba a venir a operar y no llegaba y no llegaba, recuerdo que lo llamé a su celu, una, dos, tres veces. Pensé que habría un problema con el celu y llamé al fijo.
Como no contestó inmediatamente corté, y volví a llamar, atendió una voz femenina, pregunté ingenuamente “Hola, está Pino?”
Lo que no me dijo la mina...menos bonita y qué hacés querida, todas las animaladas que se te puedan ocurrir. Yo estaba tan anodada que no podía cortar, escuchaba los insultos contra mi persona, mi mamá, mi abuela, sin decir agua va...creo que antes de cortar y aprovechando una pausa de ella para respirar le dije “Pero por qué no te vas a la concha de tu madre?”
Pero, en realidad no estoy segura, no podía creer que por solamente llamar a un teléfono fijo y decir "Está Pino?” me trataran tan mal.

Me fui al quirófano y lo esperé. Apenas llegó lo increpé, la hija de puta de tu novia me dijo tal y cual y ….
-Sí, ya sé, la escuché.
-Y no le dijiste nada?
-Y que querés que le diga?
-Que es una enferma, que yo soy médica, que soy tu colega, que trabajo con vos, que no me puede tratar así...etc etc.

Pino no podía decirle eso ni nada parecido, ni a ella ni a ninguna otra.
Sólo a mí podía criticarme los saquitos, la ropa, pedirme plata, a las minas que le exprimían los bolsillos y el cerebro no podía decirles nada.

Qué lástima, no?

Pero siempre recuerdo una ocasión hermosa y fue bailar con el en Club San Martín un 18 de septiembre y verlo desde mi estatura, hermoso, ver su boca, su hermosa y cálida expresión, no debíamos haber dejado nunca que la música se fuera; y yo no debiera haber dejado nunca que el fantasma de Fernanda se quedara entre nosotros.

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