sábado, 21 de septiembre de 2013

Dolor de ausencia...


Inicié el sábado temprano. Debía dar un examen de francés a las diez de la mañana, correr para llegar a tiempo a un acto donde me darían unas entradas para el teatro, volver a casa, ducharme y partir a la Feria del Libro al encuentro de algunos amigos. Allí estaba, emocionada por volver a abrazar a algunos afectos que hace rato que no veía cuando sonó el teléfono. Era mi hija. “Mamá, pensé que querías saberlo, Julio se murió. Te mando un gran abrazo!” “¿Cuándo? ¿A qué hora? ¿Estaba en la casa?”

Ahí nomás me llamó Juan, mi ex marido, dijo que no fue feo, que estaban todos juntos. Muy tranquilo, sin dolor. Bien. Mi angustia era incontenible. Hubiera deseado estar allí y abrazar a uno por uno.

Julio era mi cuñado, mi ex cuñado, el hermano mayor de Juan. Un tipo al que quise, y no puedo poner el tiempo de verbo en pasado, y quiero entrañablemente.

A poco de conocerlo me entero que era montonero, estaba casado, quería irse del país, pensaron con su esposa irse a Perú. Al final se quedaron. Cuando yo estaba embarazada él se recibió de abogado, tengo en mi memoria la imagen de la foto, todos juntos en línea en las escalinatas de la Facultad y él con su diploma en la mano y su sonrisa. La familia de Juan, venía de una familia de cantores, su abuelo era un recopilador, sus tíos tenían un cuarteto vocal, otra tía tocaba el piano y era una artista internacional, Juan y sus hermanos también cantaban con su mamá y su papá cuando eran chicos. Tocaban la guitarra, en las guitarreadas Julio siempre cantaba la misma canción: “Cueca de la viña nueva”, a mí me encantaba…como la cantaba, como la decía. jajaj era “su cueca”.
Trabajaba con comunidades eclesiales de base, creía firmemente en la Teología de la Liberación y en la Opción preferencial por los pobres.
Empezó a trabajar en Tribunales y junto con otros compañeros armaron una lista para oponerse a la conducción verticalista de su sindicato, ganaron. Empezó a militar en el sindicato. Cuando yo empecé en ATE, él me presentó a otros compañeros suyos peronistas, con los que habían militado antes de la Dictadura.
Fue el padrino de nuestro hijo mayor junto con mi hermana aparte de ser por supuesto nuestro testigo de casamiento.
Cuando pasaron los años y tuvo otra esposa y una hijita hermosa, veraneábamos juntos en Córdoba y también con otros hermanos de Juan y nos divertíamos mucho.
Pasaron más años y más separaciones, otra de él, la nuestra, pero nos seguimos viendo cada tanto.
Bancó a nuestro hijo Juan cuando se fue a Buenos Aires, lo encaminó, lo ayudó a conseguir su primer trabajo, siempre estuvo ahí, de fierro. Después lo bancó a Eliseo, el más chico.
Hace un año sabíamos que estaba enfermo, un cáncer de mierda, qué otra cosa! Este último año hizo todo lo que pensaba que le faltaba hacer. Se casó con su actual compañera, festejó con amigos y hermanos sus 60 pirulos, viajó a México.
Yo estoy en Río Grande aun llorando, pero sé que se fue tranquilo, como vivió: luchándole a la enfermedad pero finalmente aceptándola.
A la edad que tengo hace muy poco me dijeron: ”Y…la muerte es parte de la vida”
Lo sé…pero duele.
Duele saber que una no va a volver a verlo, ni a prometernos tomar el café que al final no tomamos, ni pensar en encontrarnos de casualidad o no en un cumple de Juanji.
Hace poco más de un año Julio vino con Juan a darnos el pésame por la muerte de mamá, me había sugerido al cura que fue a verla al Hospital, que fue su compañero de escuela,
Me dolió verlo flaco y dolorido cuando fui a su casa hace poco muy poco, pero me alegro de haber ido y haberlo abrazado y haber compartido dos buenas tardes con recuerdos y anécdotas. Y fue bueno y para nada doloroso que me agradeciera haber ido con Eliseo, me dijo que le había hecho mucho bien, me felicitó por él.


Se te va a extrañar compañero!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las perdidas, cualquiera que sea como nos joden la vida.
Hoy pensé bastante al respecto y encuentro tu nota al abrir la compu, que por cierto es muy linda y me encanto.
Y si la muerte es parte de la vida Cris pero como cuesta aceptarlo, sobretodo porque nos creemos inmortales (a cualquier edad) y queremos que nuestros afectos también lo sean.
Creo fervientemente amiga que si hay "dolor de ausencia" es porque hubo alegrías de presencia, y vaya si las hubo, se nota en cada pequeño recuerdo en que lo traes , o como decía Juan en una foto que publico " Julio mi hermano mayor, que suerte que tuve!!" si podemos ver la suerte que tuvimos, lo vivimos y si lo vivimos lo tenemos con nosotros en nuestros corazon.
De vez en vez me hago la pregunta lo disfrutamos?? nos disfruto??, no cabe duda Cris que en tu caso así fue, te avisaron que estuviste presente en su partida junto al resto de sus afectos!!! Te mando un gran abrazo!!. Así que Chica no hay porque usar los verbos en tiempo pasado, tu cuñado esta y va a estar presente en cada cosa compartida. Un abrazo enorme