sábado, 10 de noviembre de 2012

Pri


y qué es llorar
y qué es dolor

Bajarse los párpados ardidos en medio de la noche y no poder encontrar ni un espacio vacío para descansar del peso de la necesidad que trae la ausencia. No poder dormir que el cuerpo quiera acelerar las horas en vigilia a ver hasta cuándo se puede  aguantar el desarme sin llegar al fin, no comer no hablar no gritar no respirar la garganta asfixiándose siempre en lo que se repiten una y otra vez los sucesos que significan pura muerte, dos años de revivir las sombras cada noche, y aun queriendo desesperadamente revivir en forma de un canto o de una risa no poder no poder, y no poder: en cambio el rostro frío todavía, cada noche cierro los ojos y te recorro de pies a cabeza sobre la camilla metálica, cada noche entro a verte inmóvil y tocarte de nuevo y reconstruyo la importancia de que estuvieras tibio, eso sí que es importante, cuando todavía te dejaban tener los ojitos abiertos cuando ninguna herida estaba vendada cuando no estabas vestido y tu pelo seguía húmedo, tu sangre en mi mano seguía húmeda y eso era tan bueno porque era lo último de tu vida Vidita. Entonces todavía podía separarte un dedito de otro antes de que se congelaran a lo largo de la noche y si tocaba tu pancita aún se hundía y tu cuerpito estaba dócil y liviano y yo estaba ahí amándote. Amándote. Yo pensaba qué hace un cadáver tan pequeño con tanto amor queriendo penetrarlo sin  siquiera darse cuenta, y qué hago yo con tanto amor  explotándome los órganos si poder darlo implica ser recibido y vos Vidita no podías, no podías, vos ya no podías. Y entonces yo te decía que me perdones vida, que me perdones no haberlo dicho antes que me perdones el abrazo que te daba tarde que me perdones el sacudirte un poco pero es que me parecía posible que estuvieras haciéndote el dormido como solías Vidita y no no era eso, era que ya no podías, no podrías nunca más.   Abrir los ojos y volver al mundo y para qué. Abrir los ojos en el desespero sin saber qué hacer abrir los ojos a la plena falta de sentido abrir los ojos tomar agua respirar hondo darse vuelta para qué: Eso, todo eso es llorar. Dolor es todos los días la vida Vidita. volvé.






Pri Vallone, comencé a abrazarte hoy al cruzar la ruta, y llegar al lugar donde se estaba juntando la gente, donde atropellaron a Gianluca hace dos años, te abracé cuando abracé a Mario y a tu mamá a quien no conocía...seguí haciéndolo mientras colocaron el molde de la estrella en el piso -antes tu papá barrió ese sector de la ruta- y también lo hice cuando con una tiza blanca dibujaron el contorno.
Las personas que estaban ahí se saludaban, se abrazaban, lloraban, todos pusimos un poco de pintura en la estrella y en el nombre, yo te seguía abrazando...
Dejaron su huellas digitales en un poste blanco al costado del camino y yo te abrazaba...
Soltaron globos amarillos al aire y viento de Río Grande cuando yo te abracé en ese momento.
Tu papá habló al final y dijo, que él estaba convencido que Gianluca estaba bien donde estaba.
En ese momento y mirando al cielo, porque sí, porque es a lo que estamos acostumbrados desde chicos, yo pensé que sí...que él debe estar bien allí donde esté, y mi mamá y mi viejo y mi amigo Diego y Coral sin duda, y mi abuela y bisabuela que nos cuidan a mis hermanas y a mí desde hace mucho...y no me quiero olvidar a Rubén porque no me olvido de él nunca, ni de Vanesa, que está en mis plegarias...porque yo rezo a la noche: por mis hijos, por mi nieto, por la mamá de él, por mis hermanas y al final digo como cuando era muy chiquita..."y por todas las personas del mundo a quien yo quiero y que me quieren"...

Y te sigo abrazando ahora cuando escribo esto y las lágrimas se escapan sin querer...y te abrazaré cuando te vea y pediré que estés bien...
Abrazo!!
 
Y gracias por la retribución de tus abrazos y por tu desear que ambas estemos bien....


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